Entrevistamos a las especialistas de DHAS, Cecilia Gallardo y María Elena Sagredo, quienes detallan su propuesta para elaborar una estrategia que incluya el enfoque de género dentro del trabajo de la consultora


DHAS en su quehacer profesional se relaciona con comunidades, dentro de las cuales, en algunas, los principales roles dirigenciales son ejercidos por mujeres. Esta realidad motiva a nuestras expertas, Cecilia Gallardo y María Elena Sagredo a desarrollar una propuesta que permita realizar el trabajo bajo el prisma del enfoque de género.

¿Cómo definen el concepto de género?

María Elena: Cuando hablamos de Género nos referimos al conjunto de características culturales, sociales y psicológicas que la sociedad asigna tanto a hombre como a mujeres, que inciden en un aprendizaje de modo diferenciado,  de las y normas de comportamiento establecidas y socialmente consideradas como propias de cada sexo.

¿Y cuál es la relevancia de trabajar con un enfoque de género?

Cecilia: Nos facilita el análisis de la sociedad con el fin de explicar y comprender  las relaciones sociales entre hombres y mujeres, identificando así sus intereses, necesidades, roles y capacidades diferenciadas. De esta forma podemos  proponer políticas de desarrollo que permitan superar las brechas de género y garantizar la distribución equitativa de beneficios.

María Elena: Asumiendo que las demandas y necesidades específicas de las mujeres que son el resultado de las brechas históricas de género, la perspectiva de género nos permite visibilizar las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres, precisando la injusticia y opresión que significa para la mujer la asignación de roles diferenciados y excluyentes. Se pueden identificar así los bajos niveles de calidad de vida de la mayoría de mujeres en el mundo y la carencia de sus derechos políticos y humanos.

Cecilia: Y por supuesto, este enfoque nos permite ver también las oportunidades para avanzar en la construcción de la equidad de género en cada investigación que desarrolla la consultora.

Dentro de la propuesta desarrollada por las investigadoras, se plantea como un pilar de trabajo la Equidad de Género “como un enfoque fundamental para el logro del desarrollo, que incorpora a hombres y mujeres como figuras esenciales para ello, donde es necesario considerar sus necesidades e impactos diferenciados. Es una acción que debe contribuir en el desarrollo de una ciudadanía comprometida con el ejercicio de sus derechos y la mejoría de su comunidad, según palabras de Cecilia Gallardo.

¿Esto significa que incorporarán un componente femenino en el desarrollo del trabajo?

Cecilia: La incorporación de la perspectiva de género, no consiste simplemente en añadir un componente femenino, ni un componente de igualdad entre los géneros a una actividad existente, es algo más que aumentar la participación de las mujeres.

Su objetivo es transformar las estructuras sociales, por tanto, significa incorporar la experiencia, el conocimiento, necesidades  e  intereses de las mujeres y hombres participantes.

 ¿Cuáles serían los beneficios de desarrollar un trabajo con enfoque de género?

María Elena: Son varios. Dentro de los principales destacan: impulsar la democratización de los roles entre hombres y mujeres para así permitir y brindar oportunidades para que cada persona desempeñe diferentes tareas sin importar su sexo. Que hombres y mujeres tengan la misma posibilidad de acceder a todos los recursos del desarrollo y que hombres y mujeres participen sin diferencias tanto en el ámbito privado como público.

Cecilia: Me gustaría agregar que  trabajar bajo este enfoque permite condiciones para que se establezcan relaciones de respeto, equilibrio e igualdad entre hombres y mujeres y que de esta forma se valore de igual manera a todas las personas, más allá de su sexo, su etnia, su clase social, su edad, entre otros.

Tomando en cuenta todo lo anterior, ¿por qué es necesario tener un enfoque de género dentro del trabajo de DHAS?

Cecilia: Es un enfoque que requiere estar presente en todas nuestras acciones. Necesitamos incorporarlo en la forma y los contenidos en que llegamos a las comunidades que es el primer paso en nuestra tarea y quizás  lo más importante en el inicio del proceso de relacionamiento, pues generalmente, favorece la aceptación de nuestro trabajo y el establecimiento de confianzas.

María Elena: Justamente esto nos permite a lo largo del proceso de relacionamiento, ser agentes de cambio que facilitan o posibilitan la transformación de uno o varios aspectos de la vida en una comunidad poniendo al servicio de ella, los conocimientos profesionales y experiencia, como también, el valorar y respetar la realidad de dicha comunidad, como sujetos externos a ella. Esto es impensable sin tener un enfoque de género.

En concreto, ¿cómo se aplica al trabajo de DHAS este enfoque?

María Elena: Nosotros proponemos 2 metodologías. La primera es  realizar un Diagnóstico con perspectiva de género que es una herramienta de trabajo que nos permite estar realizando un análisis crítico permanente durante todo el trabajo en terreno a través de un diagnóstico permanente de la realidad, de la comprensión de dinámicas relacionales y de las dinámicas organizacionales.

Cecilia: La otra metodología es hacer un Diagnóstico Participativo con Equidad de Género. Esta herramienta de trabajo que se desarrolla en grupo, nos permite definir nuestro trabajo específico en cada comunidad bajo el  enfoque de género. Esto implica, con reflexión crítica, analizar una realidad y comprender las dinámicas que ocurren en ella.

María Elena: El principal aporte de este diagnóstico, es su potencial transformador, porque además de facilitar la participación de mujeres y hombres, permite visibilizar, analizar y tomar conciencia de las diversas formas en que se manifiesta la inequidad.

Según las investigadoras la gran ventaja de trabajar con la perspectiva de género es que garantiza la construcción colectiva del conocimiento, la inclusión de las voces de las mujeres, el reconocimiento de sus necesidades e intereses, y la integración de estas con hombres, jóvenes, adultos mayores, niñas y niños.